miércoles, 11 de mayo de 2011

El lastre sionista askenazí

El lastre sionista askenazi
Por Mon González

Como continuación al artículo sobre el lastre wahabi saudí, viene este artículo sobre el segundo lastre que está actuando detrás de bastidores contra el progreso en Oriente Medio.

1. El nacimiento del Sionismo y la Declaración de Balfour

Los antecedentes históricos de este segundo lastre sionista fluyen de manera muy paralela al lastre wahabi. 1902 fue el año cuando Abd al-Aziz ibn Saud empezó la conquista de RIAD. 1902 fue el año en que Theodor Herzl, un escritor y político húngaro, que era judío askenazi, publicó una novela llamada “Altneuland” –un título en alemán que en español significaría “Viejanuevatierra”- y donde proyectaba como ficción lírica su ideario político sobre la construcción de un nuevo Estado para los judíos en Palestina, que ya había puesto negro sobre blanco en su libro “Judenstaat” (“El Estado Judío”) publicado en 1896 en Leipzig (Alemania), y que puede ser considerado el fundamento teórico del sionismo moderno. Sobre la base de esas ideas los primeros judíos askenazis tomaron las armas y empezaron sus primeras incursiones en tierra palestina, sus primeras “aliyahs”, a principios del siglo XX.

En 1917, cuando ya estaba claro que Alemania estaba perdiendo la Primera Guerra Mundial (1ª GM); que era Reino Unido (RU) quien estaba en el lado de los vencedores, y por ende que era RU el país que se debía presionar o cabildear; un judío sionista askenazi británico, el Baron Walter Rothschild, que los libros de Historia describen como “líder de la comunidad judía británica” en ese momento, escribió una carta al entonces Ministro de Asuntos Exteriores británico, Arthur James Balfour, solicitando el apoyo del Gobierno británico para su causa: la causa sionista de Herzl de crear un Estado judío en la Palestina árabe, en ese momento aún parte del Imperio Otomano. El entonces Ministro de Exteriores respondió en una carta fechada 2 de noviembre de 1917 y dirigida al Baron Rothschild (para su transmisión a la Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda), que: “El Gobierno de su Majestad favorece, en principio, el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío, y usará los medios a su disposición para facilitar la consecución de ese objetivo”. A esta carta se le ha puesto el mote de “Declaración Balfour”. A pesar de que la comunidad judía británica estaba compuesta en sus orígenes por judíos sefarditas españoles y portugueses que habían venido de la península ibérica, y que habían formado en 1760 el “Board of Deputies” (y “deputies” viene de la palabra española “diputados”, una organización que ha existido hasta nuestros días y que sigue siendo el principal representante del judaísmo en el RU), a través de los años los intereses creados de los judíos askenazis han conseguido controlar el judaísmo británico, cuando los intereses sionistas así lo exigían, y de ahí la carta de Rothschild. Los judíos askenazis también han desarrollado la misma estrategia de presión o cabildeo (lobby) y de manipulación en otros escenario, incluido en Oriente Medio a lo largo del siglo XX. Veamos cómo.





 2. La Alianza Sionista-Wahabi en Oriente Medio para esconder la verdad sobre Asir

RU y Francia habían tenido un enemigo común contra el que luchar durante la 1ªGM: Alemania. Tras el final de la 1ª GM, los enfrentamientos entre RU y Francia en el escenario post-otománico se reanudaron. RU había colocado en 1918 a Faysal I como Rey de Damasco y Gaza (con la intención de ir cumpliendo paulatinamente, en parte de ese territorio, la promesa hecha al judaísmo sionista askenzi un año antes). Francia, por su parte, consideró inaceptable tener un Rey en Damasco bajo influencia británica, ya que colisionaba con la idea (y con el Acuerdo Sykes-Picot de 1916) de un parte septentrional de Oriente Medio francófona, por lo que Francia expulsó a Faisal I de Damasco en 1920. Al año siguiente, en 1921, RU puso a este mismo Faisal I  como Rey de Irak, donde estuvo hasta 1933.

El hecho de que RU y Francia estuvieran embarcadas en sus disputas territoriales personales es lo que hizo posible que los sionistas askenzis buscaran en la región algún aliado alternativo para su causa. Y lo encontraron con facilidad. Abd-al-Aziz Ibn Saud había logrado en 1913 anexionarse Hasa, pero su buena fortuna se había acabado ahí. No obstante, con la ayuda renovada de la nueva Alianza entre wahabismo saudí y sionismo askenazi, ibn Saud logró conquistar Hail en 1921, la Meca en 1924, Yedah en 1924 y Asir en 1926. El hecho de tener un aliado estable en la región, aunque fuera en la sombra, demostró ser fundamental para ambas partes en los siguientes noventa años.

Más allá de esa alianza militar coyuntural, había algo mucho más fundamental que los unía. Ambos querían reescribir la historia de un modo muy similar. Los saudíes querían controlar la Meca e imponer su visión ultraortodoxa del Islam sunita al resto del mundo islámico [lo cual hicieron y mantienen hasta nuestras fechas], y para lograr eso no querían a nadie curioseando por esos lares; y eso cuadraba bien con el objetivo sionista ashkenzi de mantener el secreto sobre Asir escondido para siempre. Los intelectuales sionistas ashkenazies querían que el mundo creyera que la Torah o Pentateuco había tenido lugar en Palestina, y también la Nabih, y también la Ketubim (esas son las tres partes, TNK, que componen lo que en Occidente llamamos el Viejo Testamento). Alguien escribió sobre el secreto de Asir en los 80, forzando por ende a askenzies y wahabis a modificar su estrategia. Pero esto lo abordaremos más adelante.

3. La creación del Estado de Israel y las cinco subsiguientes guerras árabe-israelíes

A pesar de las aliyahs o migraciones de judíos hacia tierra árabe continuaron, no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial (2ª GM), cuando el sentimiento de culpa experimentado por la comunidad internacional ante las atrocidades del Holocausto (con más de seis millones de judíos y tres millones de gitanos asesinados, según las cifras oficiales facilitadas hasta la fecha) hizo posible, no crear un hogar para los gitanos (nunca tuvieron ni dinero, ni poder, con lo que pocas posibilidades de tener éxito), pero sí una tierra para los judíos. Y no en suelo alemán, que habría sido la reacción lógica, pues había sido Alemania la potencia que los había exterminado, pero en un territorio a cinco mil kilómetros de distancia, y un territorio del que los askenzis habían sido expulsados hacía casi dos mil años (los judíos sefarditas habían regresado a toda la región árabe en el siglo XV, después de que monarcas españoles, cegados por la ultraortodoxia católica de la Inquisición, los hubiera expulsado de Iberia).

De ahí que, tras la 2ª GM, el sentimiento mundial de arrepentimiento llevó a la creación del Estado de Israel en Palestina el 10 de mayo de 1948. Y para demostrar que el Curso de Acción (coa, como lo ponen los militares en inglés) de la operación había sido muy, pero que muy bien planeado con antelación, solo daré un dato irrefutable (los censos de población y las toponimias casi nunca mienten): a principios del siglo XX en Palestina había 10 palestinos por cada judío. A través de las subsiguientes aliyahs, la proporción se había elevado a 2 palestinos por cada judío incluso antes de que la comunidad internacional aceptara la creación de Israel.

La creación del Estado de Israel desencadenó la primera guerra árabe-israelí de 1948 y 1949, tras la cual Gaza quedó bajo control egipcio y Cisjordania bajo control jordano. No olvidemos que en ese momento, 1948 y 1949, Egipto estaba gobernado por otro monarca, Faruk I, que había sido puesto ahí por RU en 1936 (una potencia colonial, RU, que había ocupado Egipto desde 1882); y Jordania estaba gobernada por el Rey Abdallah, que había sido puesto en su trono por RU en 1922. De ahí que el garante del judaísmo sionista askenzi continuara siendo RU y su “Declaración Balfour”, a través de los monarcas bajo su influencia.

1948 era y sigue siendo para los palestinos la “Naqba”, la Gran Catástrofe, donde comenzó el éxodo masivo de palestinos. El Rey Abdallah de Jordania pagó un alto precio personal por ello, habiendo, en mi opinión, ayudado entre bastidores al plan premeditado de ayudar a RU a hacer realidad los sueños sionistas: Abdallah fue asesinado en 1949. Y su sucesor, el Rey Hussein tuvo que sofocar duramente a los palestinos, para no ser depuesto del poder.

El plan wahabi-sionista empezó a fallar cuando el primer Presidente árabe panarabista tomó el poder en Egipto: Gamal Abd al Nasser. En 1956, cuando Nasser se atrevió a retar a las potencias coloniales y nacionalizó el Canal de Suez, tuvo lugar la segunda guerra árabe-israelí. Algunos comentaristas políticos recuerdan estos días en RU los días de Suez, y comparan la cabezonería de Francia y RU en ese momento con lo que está pasando ahora en Libia. Tras la debacle de Suez, Israel se dio cuenta de que necesitaba un nuevo Padrino, y dirigió su mirada hacia EEUU.

Los años 50 y 60 fueron años de libertad en muchos países árabes, pero especialmente en Egipto y Siria. Fueron los años de la denominada segunda revolución árabe (tras la primera y bien breve revolución árabe de 1916), en que las mujeres empezaron por fin a ser libres, no tenían que usar el shador o hijab, y podían empezar a vivir vidas normales y decentes.

En 1966 el Rey Hussein de Jordania nombró como Primer Ministro a una persona que tenía vínculos muy cercanos con Arabia Saudí. Estimo que este nombramiento fue el principio del fin de la segunda revolución árabe. El wahabismo nunca quiso y nunca ha querido la liberación del mundo árabe y de la mujer árabe, ya que es un régimen dictatorial machista y elitista, que controla la Meca tras conquistarla por la fuerza; y que quiere mantener Asir escondido del mundo. De ahí que tras la alianza wahabi-sionista de los años 20, los wahabis y los sionistas formaron otra alianza a mediados de los años 60, para combatir las revoluciones árabes, obviamente desde la sombra. De ahí que, en mi opinión, Egipto y Siria se embarcaron en 1967 en la tercera guerra árabe-israelí, mal aconsejado por la manipulación saudí de Jordania. Israel [con su superioridad militar aplastante heredada del apoyo militar incondicional estadounidense] aplastó a sus rivales en sólo seis días (del 5 al 11 de junio de 1967) y ocupó todo el desierto del Sinaí, Gaza, Cisjordania, los Altos del Golán y Jerusalén Este. El sueño sionista ashkenazi de un gran “Estado Judío” tal cual lo había formulado Herzl a finales del siglo XIX, con todo Jerusalén única y exclusivamente bajo control judío, empezó a ser una perspectiva realista. Aunque fuera por la fuerza. Y a pesar de que la Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) 242 pedía a Israel que abandonara esos territorios ocupados por la fuerza (y decenas de Resoluciones del CSNU han vuelto a formular la misma petición desde entonces), los palestinos no tenían padrino, Israel sí, así que nadie nunca usó la fuerza contra Israel (a diferencia de lo que Occidente ha hecho desde entonces con muchos otros países) para forzarles a abandonar por la fuerza lo que tomaron por la fuerza.

Y tras esa guerra, la alianza wahabi-sionista logró, obviamente de nuevo tras bastidores, “restaurar la ley y el orden en el mundo árabe”. Estuvieron tras el cambio de signo en Egipto y en Siria. En Egipto pusieron un amigo en el poder, Anuar al Sadat, en 1970, quien como Mubarak desde 1981 hasta el 11 de febrero de 2011, interpretó bien el papel que le había tocado interpretar. En Siria, ayudaron a un militar de un grupo minoritario chiita, un alauita, a hacerse con el poder, también en 1970: Hafed al Asad. Israel ganó indefectiblemente la cuarta guerra árabe-israelí en 1973, y lo hizo rápido, con su singar superioridad militar.

Una vez que todos los vecinos árabes habían sido domesticados en la sombra a través de dictadores peones, Israel tuvo las manos libres para concentrarse en eliminar los restos de la revuelta palestina. En 1982, Israel invadió completamente Líbano, en lo que ha sido denominado la quinta guerra árabe-israelí, con el pretexto de eliminar a los palestinos peligrosos de los campos; e Israel cometió las masacres de Sabra y Shatila. De nuevo con total impunidad.

4. Asir vs Jerusalén

En 1982, el mismo año que Israel invadió Líbano, un profesor universitario libanés, Kamal Salibi, ahora octogenario, había publicado en Alemania un libro, cuyo título traducido al español sería “La Biblia viene de Arabia” [y desde entonces ha sido traducido al inglés y se puede adquirir fácilmente (aunque caro) en SOAS o por Internet], donde revelaba los resultados de estudios toponímicos (estudios de nombres de lugares) que había hecho en las ciudades y pueblos de la región de Asir (una región que se encuentra entre la cadena montañosa que atraviesa la zona central de Arabia Saudí y la franja costera del Mar Rojo). Los mapas que usó eran mapas de gran formato y muy detallados previos a 1975. Cuando leyó y analizó por primera vez los mapas de Asir, por pura chiripa (un arte, el de la chiripa, que incluso Einstein reconocía que había usado en sus descubrimientos), empezó a leer los nombres y a ver que coincidían casi al 99% con todos los nombres de lugar que se encontraban en el TNH o Antiguo Testamento. Y Salibi recoge en su libro un relato pormenorizado (usando toponimia y etimologías) de la historia de los antepasados de los judíos. Casi todos los nombre de lugar o toponimias recogidos en el Antiguo Testamento aún existían en Asir con nombres casi idénticos en 1982. Salibi incluso encontró un lugar llamado “Misr” en Asir, donde los antiguos judíos estaban cruzando un río, y que la manipulación sionista nos ha querido hacer creer que eran los judíos cruzando el Mar Rojo hacia Egipto, una versión sionista que jamás ha podido ser confirmada por los descubrimientos arqueológicos de las inscripciones o estelas faraónicas.

A partir de ahí la máquina de propaganda judía (que no es inferior a muchas otras en el mundo anterior y en el actual) empezó a funcionar a todo trapo, para contrarrestar y desacreditar el desvelamiento del secreto sionista-wahabi mejor guardado. En abril de 1987, Gerhard Konzelman publicó también en alemán su “Jerusalem, 4000 Jahre Kampf um eine heilige Stadt” (que traducido al español significa “Jerusalén, 4000 años de guerra por una ciudad santa”). Personalmente, he leído ambos libros, y me creo más las tesis de Salibi, es decir: que los judíos emigraron de Asir a Palestina en el siglo II a.C.; que se asentaron ahí; y que cuando los romanos llegaron ya estaba ahí. Pero la toponimia no miente, y Palestina era en el tiempo de los romanos un nombre de la tribu árabe que vivía en la zona, ningún rastro de judaísmo primitivo ahí. Pero para convencer al mundo de que el sueño manipulativo sionista de Herzl tenía que ser una realidad, como digo, no en Alemania, sino en Palestina, los sionistas no podían decir que solo habían estado ahí por trescientos años antes de ser expulsados por los romanos en el 70 d.C. Eso no habría sido suficientemente convincente. De ahí la necesidad de un cambio de estrategia sionista-wahabi en los 80 para continuar manteniendo Asir y su toponimia apartada del camino: empezar a hacer como si los israelíes quisieran la paz y negociaran con los palestinos.

5. Los dramas palestino y sefardí

A pesar de que el liderazgo palestino abjuró de sus principios; renunció a la lucha armada; y eligió la vía de la paz en noviembre de 1988, han pasado 22 años desde entonces y no hay señales de que un verdadero Estado palestino en el horizonte.

El derrocamiento de Hosni Mubarak, uno de los muchos peones wahabi-sionistas en la región, ha forzado a los palestinos en el poder (no los elegidos democráticamente en 2006, Hamas, sino los perdedores de esas elecciones, Fatal, mantenidos en el poder por los lobbys sionistas en Occidente) a apresurarse a Cairo para buscar un acuerdo con Hamas. Los saudíes habían pasado demasiados años haciéndonos creer que estaban dando forma a un acuerdo entre palestinos, pero igual que en “Alf Leila ua Leila” (“Las Mil y Una Noches”), el acuerdo nunca llegaba. Ahora, si el segundo peón wahabi-sionista, Asad, cae, otro brazo de los palestinos puede ser libre al fin e incorporarse a la dinámica. Y puede que también los palestinos libaneses puedan unirse. Aunque ellos lo tienen mucho más difícil: independientemente de la Resolución del CSNU 1701, Israel sigue sobrevolando a diario ilegalmente Líbano.

No obstante, los askenazis se muestran no sólo arrogantes y desdeñosos con los palestinos o los árabe israelíes, sino que manifiestan similar actitud hacia la otra mitad del puzzle judío en términos históricos: los judíos sefarditas. Los judíos sefarditas fueron acogidos por los países balcánicos y árabes desde el siglo XV, y aprendieron el arte de la convivencia. El rabino principal sefardí Shlomo Amar podría conseguir la paz entre israelíes y palestinos en una semana. Los judíos sefardíes llevan la convivencia en la sangre. La visión final de un acuerdo de paz es bien conocida para todos. Todos los que trabajan con ese expediente lo saben. Los parámetros de Taba de 2001 recogen todo, pero mientras no haya verdadera voluntad política, nada se moverá. La diplomacia de lanzadera continuará moviendo las maquinarias de la prensa (los periódicos tienen que vender todos los días), pero nada cambiará. Y podemos permanecer así por siempre jamás. Sólo si el lastre ashkenzi sionista omnipotente y omnipresente le dejara a los judíos sefardíes intentarlo! Pero no, los sionistas ashlenzis, los que han llevado la voz cantante desde la creación del Estado de Israel, sólo llevan arrogancia. Y eso se debe a las reglas del juego. Y mientras no cambiemos las reglas del juego, la paz nunca será una realidad en Oriente Medio.

6. Las Reglas del Juego en el Mundo Hoy: Dobles Raseros, Manipulación Informativa, Terrorismo de Estado

La paz en Oriente Medio entre Israel y Palestina no llegará hasta que no cambiemos las actuales reglas del juego. No llegará y no puede llegar mientras las reglas del juego estén dirigidas, como en una orquesta celestial, por los dobles raseros o dobles estándares.

Israel puede ser una democracia dentro de sus fronteras, y puede condenar a su octavo Presidente, Moshe Katsav, el 30 de diciembre de 2010 por siete cargos de violación, abuso sexual y obstrucción a la justicia. Si el príncipe saudí homosexual que mató a su amante sirviente negro en un ascensor de un lujoso hotel londinense hubiera estado en RIAD, lo habría matado con total impunidad, pero como el hecho acaeció en un país democrático, fue condenado en RU el 5 de octubre de 2010. Las verdaderas democracias luchan contra la impunidad dentro de sus fronteras, y eso hace Israel, el único país que hasta la fecha lo ha hecho en Oriente Medio.

El problema no es que Israel no sea democrático dentro, el problema es el sistema internacional en que Israel y el resto de nosotros nos hallamos. La democracia y el estado de derecho son absolutamente necesarios dentro de las fronteras de un país, y el respeto extremo por el derecho internacional es absolutamente necesario como única guía para las relaciones entre ciudades y entre organizaciones internacionales.

Mientras el sistema internacional continúe aplicando dobles raseros y la ley de la jungla como su moneda de cambio internacional, no hay esperanza en el futuro, ni en relación con el PPOM (Proceso de Paz en Oriente Medio), ni en relación con el resto de los otros muchos dramas internacionales pendientes.

¿Qué quiero decir exactamente con dobles raseros? Que los amigos son amigos (y por ende no están obligados a aplicar el derecho internacional), hasta que cambia la corriente de los intereses creados. Déjenme dar solo dos ejemplos regionales de lo que quiero decir con esto y que están conectados con nuestros lastres sionista-wahabis: (1) en febrero de 1979 el hijo de un peón[1] estadounidense ex-militar y auto-designado Sha fue derrocado en Irán y un Irán ayatolahi, la ultraortodoxia chiita, se convirtió en el mayor enemigo del la ultraortodoxia sunita wahabita saudí; tras esto, en julio de 1979, Occidente ayudó a Sadam Hussein a alcanzar el poder en Irak y a que empezar a luchar contra el oponente iraní; (2) en abril de 1978 Nur Mohamed Taraki alcanzó el poder en Afganistán y empezó por primera vez educación pública gratuita que incluía a las mujeres, reforma agraria, separación de Estado y Religión, establecimiento de un salario mínimo, prohibición del comercio de opio y legalización de los sindicatos; fue largado del poder con apoyo de EEUU y Pakistán; luego [aún andábamos en plena Guerra Fría] la Unión Soviética envió sus tropas tras el 27 de diciembre de 1979, EEUU empezó a apoyar a los grupos rebeldes, a través de wahabistas, como Osama bin Laden, que fueron canalizando combatientes yihadistas wahabis desde todo el mundo árabe hacia Afganistán. Veamos los mismos escenarios tras el cambio de corriente: (1) cuando Sadam Hussein invadió Kuwait en 1990 se convirtió en enemigo del wahabismo saudita [dado que los estados del Golfo son todos peones sauditas, como Arabia Saudi ha mostrado claramente al mundo con el envío de sus tropas a Bahrein para suprimir manifestaciones pacíficas en marzo y abril de 2011]; Kuwait fue liberado y no zona de exclusión aérea fue establecida sobre Irak; pero Sadam se aferró al poder hasta que EEUU, violando la legislación internacional, empezó una guerra unilateral sobre Irak; que permitió capturar y luego matar a Sadam Hussein; y muchos miles han muerto en Irak desde entonces; (2) Osama bin Laden fue el mejor activo de la CIA en Afganistán durante dos décadas hasta el cambio de corriente y los wahabistas se quitaron la careta (habían estado intentando estudiar a fondo a su peor enemigo, EEUU, durante 20 años y ganar su confianza) y empezaron a hacer saltar por los aires un objetivo detrás de otro: Embajadas estadounidenses en África en 1998, el 11-S en 2001, los atentados de Madrid en 2004, los atentados de Londres en 2006; los saudíes dejaron de apoyar oficialmente su rama wahabi demente y EEUU empezó una guerra en Afganistán en octubre de 2001, menos de un mes después del 11-S; una guerra cuyo punto culminante ha sido el 1 de mayo de 2011, cuando tropas especiales estadounidenses violando de nuevo la legislación internacional, entraron en Paquistaní, sin permiso del Gobierno paquistaní, atacaron un complejo en Abalabad, y en su habitual modo unitaleral, mataron a bin Laden. EEUU primero apoyó a Sadam Hussein, luego empezó una guerra para matarlo; y lo mismo con Osama bin Laden.

Con tal actitud unilateral por parte de EEUU, cada vez que las reglas de Naciones Unidas no se ajustan a sus deseos; y con un CSNU que aún hoy solo representa el equilibrio de poder que tenía el mundo al final de la 2ª GM (y de ahí que los vendedores de la 2ª GM –los cinco permanentes o P5- aún tengan poder de veto en el CSNU), el mundo no avanzará.

¿Por qué Occidente aplica la Resolución del CSNU 1973 contra Libia, y no se ha mostrado ni la mitad de resolutivo con la Resolución 242 contra Israel? ¿Por qué el lastre sionista se ha seguido comportando como si el derecho internacional no existiera para Israel, e Israel: (1) sobrevuela diariamente Líbano en contra de lo dispuesto en la Resolución del CSNU 1701; (2) es el único país en el mundo que tiene armamento nuclear (con la excusa de que tienen una situación regional muy particular); no ha firmado el TNP (Tratado de No Proliferación); y no sufre acoso ninguno por parte de la OIEA en Viena; (3) puede matar a sus enemigos en territorio de terceros países sin ser condenado por el CSNU (por ejemplo el líder de Hamas en Dubai en enero de 2010 usando más de diez pasaportes europeos falsificados); (4) puede bombardear la mayor prisión al aire libre del mundo, la franja de Gaza, y causar 1400 muertes civiles en enero de 2009 contra 13 militares israelíes muertos, y sin condena por parte del CSNU; (5) puede continuar construyendo asentamientos en territorio palestino, sin ninguna Resolución del CSNU que lo pare (de nuevo el Padrino EEUU vetó el último intento el 18 de febrero de 2011). ¿Continuo? Ya vale. Hasta que sean conscientes de que los palestinos no son Hitler; de que no le hicieron daño alguno a los judíos; sino que simplemente han estado sufriendo sin parar durante sesenta años; nada se encauzará.

7. Tengo un Sueño: las Reglas del Juego que necesita el Mundo: Estado de Derecho dentro de los países y cumplimiento estricto del derecho internacional entre países

E Israel simplemente aplica, a nivel regional y más modesto, las mismas relgas unilaterales que aplica su Padrino EEUU. Y lo mismo hacen los Saudíes. Y mientras Occidente (el unilateralismo de EEUU y el P5 del CSNU) tenga intereses creados de naturaleza geo-estratégica y continúe apoyando contra viento y marea la dictadura saudí contraria-al-estado-de-derecho y la democracia israelí que-conculca-la-legislación-internacional: (1) el PPOM (Proceso de Paz en Oriente Medio) no se moverá ni un centímetro; (2) la garra sionista-wahabi sobre los dictadores de Oriente Medio (obviamente tras bastidores, pues oficialmente siguieron muy bien el guión, como cuando emitieron en 2002 la Iniciativa Árabe de Paz en Beirut, la BAPI) seguirá siendo un hecho sobre el terreno; (3) y mientras todo siga haciéndose únicamente sobre la base de dobles raseros, seguirá alimentando las dinámicas de odio en la región.

E igual que Martin Luther King dijo aquel 28 de agosto de 1968 cuando expresó su sueño de igualdad y no discriminación, yo digo, como una diplomática con años de experiencia, que mi sueño es ver un día a Naciones Unidas convertidas en una institución de gobierno mundial verdaderamente democrática. Mientras ese sueño se hace realidad, EEUU y el unilateralismo del P5 seguirán siendo las fuerzas regentes decisivas en el mundo. Y solo el día en que Occidente tome conciencia de que todos estaríamos mucho mejor, puede que no a corto plazo, pero con absoluta seguridad sí a largo plazo, en un mundo gobernado exclusivamente por unas Naciones Unidas democráticas, y por ende gobernado solo por el derecho internacional; hasta que Occidente no tome conciencia de eso, seguiremos alimentando la maquinaria de los dobles estándares, la manipulación informativa, el terrorismo estatal y paraestatal, el odio y los resentimientos.

Cojamos esta oportunidad histórica que ha surgido ahora a través de esta tercera revolución árabe que ha derrocado algunos de los peones regionales del sionismo-wahabismo, Mubarak y Ben Ali, y: (0) empecemos a predicar con el ejemplo en Occidente y empecemos a cumplir escrupulosamente el derecho internacional; y empecemos poniendo los dos puntales fundamentales: (1) forzando la democratización de Arabia Saudí; y (2) forzando el respeto de la legislación  internacional por parte de Israel.

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[1] Peón entendido en términos ajedrecísticos, es decir, peon de ajedrez. Y aquí me refiero a que el padre del Sha no fue monarca, por mucho que se le haya reverenciado a posteriori, sino que el padre del Sha derrocado en 1979 había sido un militar quien a su vez había derrocado al Sha en los años 30.

The Zionist Ashkenzi Ballast

The Ashkenazi-Zionist ballast
By Mon González

Further to the article on the Saudi wahabi ballast, comes this article on the second ballast that is working behind the scenes against progress in the Middle East.

1. Birth of Zionism and Balfour Declaration

The historical background of this second Zionist ballast flows very much parallel to the wahabi ballast. 1902 was the year when Abd al-Aziz ibn Saud had started conquering Riyadh. 1902 was the year when Theodor Herzl, a Hungarian writer and politician, who was an Ashkenazi Jew, published a novel called “Altneuland” –a German title which in English means “Oldnewland”- and where he portrayed as lyric fiction the political ideas of building a new State for the Jews in Palestine, which he had already put pen to paper in his book “Judenstaat” (“The Jewish State”) published in 1896 in Leipzig (Germany), and which can be considered the theoretical backbone of modern Zionism. On the basis of that set of ideas the first Ashkenazi Jews took their arms and started their first incursions into Palestinian land, the first aliyahs, at the beginning of the XX century.

In 1917, when it was already clear that Germany was losing the First World War (WWI); that it was UK who was in the winning side, and thus it was UK the country that needed to be lobbied; an Ashkenazi British Zionist Jew, Baron Walter Rothschild, who is described to us in History books as being at the time “the leader of the British Jewish community”, wrote to the then British Foreign Secretary, Arthur James Balfour, asking for the support of the British Government for their cause: Herzl’s Zionist cause of creating a Jewish State in Arab Palestine, at the time still part of the Ottoman Empire. The then Foreign Secretary answered in a letter dated 2 November 1917 addressed to Baron Rothschild (for transmission to the Zionist Federation of Great Britain and Ireland), that: “His Majesty’s government view with favour the establishment in Palestine of a national home for the Jewish people, and will use their best endeavours to facilitate the achievement of this object”. This letter has been dubbed “The Balfour Declaration”. Although the British Jewish Community was originally formed by Spanish and Portuguese Sephardic Jews who had come from Iberia, and had thus formed in 1760 the Board of Deputies (which to these days still is the main representative of Jewry in the UK), throughout time the vested interests of Ashkenazi Jewry have managed to have the upper hand in British Jewry, when Zionist interests so commanded, and thus Rothschild’s letter. The same strategy of lobbying and manipulating has been done by the Ashkenazi Zionists also elsewhere, even in the Middle East in the XX century. Let’s see how.

2. Zionist-Wahabi Alliance in the Middle East to hide the truth about Asir

UK and France had had a common enemy to fight during WWI: Germany. After the end of WWI, the clashes between UK and France started again in the post-Ottoman scenario. UK had put in 1918 Faysal I as King of Damascus and Gaza (with the intention of gradually fulfilling, in part of that territory, the promise made to the Ashkenazi Zionist Jewry a year earlier). France, on its part, found it unacceptable to have a King in Damascus under UK influence, as it clashed with its idea (and with the 1916 Sykes-Picot Treaty) of a French-speaking Northern part of the Middle East, so France threw Faysal I out of Damascus in 1920. The following year, in 1921, UK put this same Faysal I as King of Iraq, where he sat until 1933.

The fact that UK and France were embedded in their personal territorial disputes made it possible for the Ashkenazi Zionist Jewry to look around in the region for support for their cause. And they found it easily. Abd-al-Aziz Ibn Saud had managed in 1913 to annex Hasa, but his good fortune had stopped there. Nevertheless, with the renewed help of the new Alliance of Saudi wahabism and Ashkenzi Zionism, ibn Saud managed to conquer Hail in 1921, Mecca in 1924, Yeddah in 1924 and Asir in 1926. The fact of having one stable ally in the region, be it in the shadow, proved fundamental to both parties in the following ninety years.

Apart from that opportunistic military Alliance, there was something more fundamental that united them. They both wanted to rewrite history in a very similar way. Saudis wanted to control Mecca and impose their ultraorthodox view of Sunni Islam onto the rest of the Muslim world [which they did and keep to these days], and for that they didn’t want anyone nose-poking in those surroundings; and that played well into the Ashkenazi-Zionist goal of keeping the secret about Asir hidden for ever. The Ashkenazi-Zionist intellectuals wanted the world to believe that the Torah or Pentateuch had taken place in Palestine, and so had the Nabih, and so had the Ketubim (that is the three parts, TNK, which compose what we call in the West the Old Testament). Someone wrote about that secret of Asir in the 1980s, thus forcing Ashkenazi and wahabis to shift their strategy. But we’ll touch upon that later.

3. The creation of the State of Israel and the five subsequent Arab-Israeli wars

Although the aliyahs and the subsequent Jewish terrorism in Arab land continued, it wasn’t until the aftermath of the Second World War (WWII), when the feeling of guilt experienced by the international community at the atrocities of the Holocaust (with over six million Jews and three million Gypsies killed, according to the official figures reported so far), made it possible, not to create a homeland for the Gypsies (they have never had money nor power, so no chance of succeeding), but yes a homeland for the Jews. And not on German soil, which would have been the logical reaction, as it was Germany the power that had killed them, but on a territory five thousand kilometres away, and a territory from which the Ashkenazis had been expelled nearly two thousand years before that (the Sephardic Jews had returned to that whole Arabic region in the XV century, after Spanish monarchs, blinded by the ultraorthodox Catholicism of Inquisition, had expelled them from Iberia).

Thus, after WWII, that feeling of world atonement led to the creation of the State of Israel on 10 May 1948. And to demonstrate that the operation’s Course Of Action (COA, as the military put it) had been very, but very well planned in advance, just one irrefutable piece of information (population census and toponymy hardly ever lie): at the beginning of the XX century in Palestine there were 10 Palestinians for 1 Jew. Through the subsequent aliyahs, that proportion had risen to 2 Palestinians for 1 Jew even before the international community had accepted the creation of Israel.

The creation of the State of Israel triggered the First Arab-Israeli war of 1948 and 1949, after which Gaza remained under Egyptian control and West bank under Jordanian control. Let’s not forget that at that time, 1948 and 1949, Egypt was ruled by another monarch, Faruk I, which had been put by the UK in 1936 (a colonial power, UK, which had occupied Egypt since 1882); and Jordan was ruled by King Abdallah, who had been put in place in 1922 by the UK. So, the guarantor of Zionist Ashkenzi Jewry continued to be the UK and its “Balfour Declaration”, through the monarchs under its influence.

1948 was and continues to be for the Palestinians the Naqba, the Great Catastrophe, where the massive exodus of Palestinians started. King Abdallah of Jordan paid a high personal toll for that, having, in my opinion, contributed behind the scenes to a premeditated plan of helping the UK fulfil Zionist dreams: Abdallah was assassinated in 1949. And his successor, King Hussein had to suppress harshly the Palestinians, lest he was thrown out of power.

The wahabi-Zionist plan started to fail when the first pan-arabist Arab President took power in Egypt: Gamal Abd al Nasser. In 1956, when Nasser dared challenge the colonial powers and he nationalized the Suez Canal, the Second Arab-Israeli war took place. Some commentators recall these days here in the UK the days of Suez, and compare the stubbornness of France and the UK at the time with what is happening now in Libya. After the Suez debacle, Israel realized it needed a new Godfather, and turned its eyes towards the USA.

The 50s and the 60s were years of freedom in many Arab countries, but especially in Egypt and Syria. It was the years of the so called second Arab revolution (after the short lived 1916 first Arab revolution), where women started to be free at last, had no need to use shador or hijab, and could start living normal and decent lives.

In 1966 King Hussein of Jordan appointed a Prime Minister who had close links with Saudi Arabia. I am of the opinion that this appointment was also the beginning of the end of the second Arab revolution. Wahabism had and has never wanted the freedom of the Arab world and the Arab women, as it is an elitist chauvinist dictatorial regime, that controls Mecca after conquering it by sheer force; and that wants to keep Asir closed to the world. So, after the Wahabi-Zionist Alliance in the 1920s, the wahabis and the Zionists formed another Alliance in the mid-60s to combat the Arab revolutions, obviously from the shadow. Thus, in my opinion, Egypt and Syria embarked in 1967 in the Third Arab-Israeli war, misguided by Saudi manipulation of Jordania. Israel [with the overwhelming military superiority inherited from the USA unconditional military support] crashed its rivals in only six days (from 5th to 11th June 1967) and it occupied the whole of the Sinai desert, Gaza and Westbank, Golan Heights and East Jerusalen. The Ashkenazi Zionist dream of a big “Judenstaat” as Herzl put it at the end of the XIX century, with the whole of Jerusalen only and solely under Jewish control, became a reasonable prospect. Be it by force. And although United Nations Security Council (UNSC) Resolution 242 asked Israel to leave those territories occupied by force (and tens of UNSC resolutions have restated the same demand since then), Palestinians had no Godfathers, Israel did, so no one ever used force against Israel (unlike the West has done ever since with many other countries) to make them abandon by force what they took by force.

And after that war, the Wahabist-Zionist Alliance managed, obviously behind the scenes again, to “restore law and order in the Arab world”. They were behind the turning of the tide in Egypt and Syria. In Egypt they put a friend in power, Anuar al Sadat, in 1970, who like Mubarak since 1981 until 11 February 2011, played well the role he had been assigned to play. In Syria, they helped a military from a minority Shi’ite group, an Alauite, to grab power also in 1970: Hafed al Assad. Israel unfailingly won the Fourth Arab-Israeli war in 1973, and did so quickly, with its unmatched military superiority.

Once all Arab neighbours had been domesticated in the shadow through proxy dictators, Israel had free hands to concentrate in eliminating the remains of the Palestinian revolt. In 1982, Israel invaded completely Lebanon, in what has been called, the Fifth Arab-Israeli war, with the pretext of eliminating the dangerous Palestinians from the camps; and Israel committed the massacres of Sabra and Shatila. Again with utter impunity.

4. Asir vs Jerusalem

In 1982, the same year Israel invaded Lebanon, a Lebanese University professor, Kamal Salibi, now in his eighties, had published in German a book, whose title in English is “The Bible Came from Arabia” [and has since then been translated into English and can be easily (but expensive) bought at SOAS or over the internet], where he revealed the results of the toponymic studies (studies of name places) he had done on the towns and villages of the region of Asir (a region that lies between the mountain range that traverses Central Saudi Arabia and the Red Sea coast line). The maps he had used were very detailed high scale maps drawn prior to 1975. When he first read and analyzed the maps of Asir, by sheer serendipity (and art that even Einstein acknowledged having used in his discoveries), he started reading the names and seeing that they coincided nearly 99% with all the place names found in the TNH or Old Testament. And Salibi describes in his book a very accurate account (using toponymy and etymology) of the history of the Forefathers of the Jews. Nearly all the name places contained in the Old Testament still existed in Asir with very similar names in 1982. Salibi even  found the place called “Misr” in Asir, where the ancient Jews were crossing a river, and which Zionist manipulation has wanted to make us believe it was the Jews crossing the Red Sea into Egypt, a Zionist version that has never been found in the Pharaonic records and steles by any archaeologist.

Thereafter the machine of Jewish propaganda (which is in no way inferior to many others in the past and present world) started to function fully-fledged, to counteract and discredit the unveiling of the best kept Zionist-wahabi secret. In April 1987, Gerhard Konzelman published also in German his “Jerusalem, 4000 Jahre Kampf um eine heilige Stadt” (which translated into English means “Jerusalem, 4000 years of war for a holy city”). Personally, I have read both books, and I believe more the Salibi theses, that is: that the Jews emigrated from Asir to Palestine in the second century before Christ; that they settled there; and that when the Romans came they were already there. But the toponymy doesn’t lie, and Palestine was even in Roman times a name from an Arab tribe that lived in that area, no trace of ancient Jewry there. But to convince the world that Herzl’s Zionist Manipulative Dream needed to come true, as I said, not in Germany, but in Palestine, Zionists couldn’t say they had only been there for three hundred years before they were expelled by the Romans in 70 a.D. That wouldn’t have been convincing enough. Thus the need for a Zionist-wahabi change of strategy in the 1980s to continue keeping Asir and its toponymy out of the way: start doing as if the Israelis wanted peace and negotiated with the Palestinians.
 5. The Palestinian and the Sephardic Dramas

Although Palestinian leadership abjured its principles; renounced armed struggle; and chose the peaceful path in November 1988, 22 years have elapsed and no signs of a true Palestinian State can be seen in the horizon.

The toppling of Hosni Mubarak, one of the many Zionist-wahabi proxies in the region, has pushed the Palestinians in power (not the democratically elected ones in 2006, Hamas, but the losers in those elections, Fatah, kept in power by the Zionist lobbies in the West) to rush to Cairo to seek an agreement with Hamas. The Saudis had spent too many years trying to make us believe they were tailoring an agreement between Palestinians, but like in “Alf Leila ua Leila” (“One Thousand and One Nights”), the agreement never came. Now if the second Wahbi-Zionist proxy, Asad, falls, another arm of the Palestinians may be free at last to rejoin the game. And maybe also Lebanese Palestinians will be able to join. Although for them it is more difficult: irrespective of UNSC Resolution 1701, Israel continues to overfly illegally and daily Lebanon.

However, the Ashkenazis are not only arrogant and disdainful towards Palestinians or Arab Israelis, they also exert similar attitude towards the other half of the Jewish puzzle in historical terms: the Sephardic Jews. The Sephardic Jews had been welcomed by Balkan and Arab countries after the XV century, and had learnt the art of coexistence. Chief Sephardic Rabbi Shlomo Amar could achieve peace between Israel and Palestine in one week. Sephardic Jews carry coexistence in their blood. The end-game of a Peace Settlement is well know to all. Anyone working on the dossier knows it. The 2001 Taba parameters contain it all, but unless there is true political will nothing will move. Shuttle diplomacy will continue moving the machineries of the press (newspapers need to sell every day), but nothing will shift. And we can stay like this forever and ever. Only if the omnipotent and omnipresent Ashkenazi Zionist ballast would let the Sephardic Jews give it a try! But no, Zionist Ashkenazis, the ones that have had the upper hand in Israel since its inception, carry only arrogance. And that is because of the rules of the game. And unless we change the rules of the game peace will never be a reality in the Middle East.

6. The Rules of the Game in the World Today: Double Standards, Manipulation of Information, State Terrorism

Peace won’t be made in the Middle East between Israel and Palestine until we change the present rules of the game. It can’t and it won’t be made as long as the rules of the game are directed, like in a heavenly orchestra, by Double Standards.

Israel can be a democracy inside its borders, and can have its eighth President, Moshe Katsav, convicted on 30 December 2010 of seven charges of rape, sexual harassment and obstruction of law. If the Saudi gay prince that killed his black lover in a lift of a luxurious London hotel had been in Riyadh, he could have killed him with full impunity, but as it took place in a democratic country, he was convicted in the UK on 5 October 2010. True democracies fight impunity inside their borders, and so does Israel, the sole country until present that did it in the Middle East.


The problem is not Israel not being democratic inside, the problem is the international system in which Israel and all of the rest of us are embedded. Democracy and rule of law are absolutely necessary inside of the borders of a country, and extreme respect for international law is absolutely necessary as the sole guide for relations among countries and among international organizations.

As long as the international system continues to apply Double Standards and the Law of the Jungle as its international currency, no hope for a way forward can be envisaged, neither in relation to the MEPP (Middel East Peace Process), nor in relation to many other pending international dramas.

What do I mean exactly by Double Standards? That friends are friends (an thus they are not obliged to apply international law), until there is a change in the tide of vested interests. Let me give only two regional examples of what I mean by that and which are connected to our Zionist-wahabi ballasts: (1) in February 1979 the son of a USA proxy ex-military self-named Sha was toppled in Iran and an ayatolahi Iran, untraorthodox Shi’ia, became the biggest enemy of Saudi untraorthodox Sunni wahabism; thereafter in July 1979, the West helped Sadam Hussein reach power in Iraq and start fighting the Iranian opponent; (2) in April 1978 Nur Mohamed Taraki gained power in Afghanistan and started for the first time free public education that included women, land reform, separation of State and Religion, establishment of a minimum salary, prohibition of opium trade and legalization of trade unions; he was thrown out of power with the support of USA and Pakistan; then [Cold War still] Soviet Union sent its troops in after 27 December 1979; USA started supporting the rebel groups, through wahabis like Osama bin Laden who were channelling wahabi yihadist fighters from all around the Arab world into Afghanistan. Lets see the same scenarios after a change in the tide: (1) when Sadam Hussein invaded Kuwait in 1990 he became an enemy of Saudi wahabism [as the Gulf states are all Saudi proxys, as Saudi Arabia has shown to the world by sending its troops into Bahrain to suppress peaceful demonstrations in March and April 2011]; Kuwait was freed and a no fly zone established over Iraq; but Sadam clinched to power until USA violating international law, started a unilateral war on Iraq, which allowed capturing and later killing Sadam Hussein; and thousands more have died ever since in Iraq; (2) Osama bin Laden had been CIA’s best asset in Afghanistan for two decades until the tide turned and wahabists took off the mask (they had been trying to study their worst enemy, USA, for 20 years and gain its confidence) and started blowing one after the other: 1998 USA Embassies in Africa, 2001 9/11, 2004 Madrid bombings, 2006 London Bombings; Saudis stopped officially supporting its mad wahabi branch and USA started a War on Afghanistan in October 2001, less than a month after 9/11; a war whose culmination was on 1 May 2011, when USA special troops violated again international law, went into Pakistan without Pakistani Government permission, attacked a compound in Abalabad, and in the usual unilateral fashion, killed bin Laden. USA first supported Sadam Hussein, then started a war to kill him; and idem with Osama bin Laden.

With such unilateral behaviour by USA, whenever United Nations’ rules don’t suit them; and with a UNSC that still only represents the power balance which the world had at the end of WWII (and thus the winners of WWII –the Permanent 5, the P5- still have veto power at the UNSC), the world will not advance.

Why does the West apply UNSC Resolution 1973 against Libya, and hasn’t shown half of the stamina with UNSC 242 against Israel? Why the Zionist ballast has continued behaving as if international law didn’t exist for Israel, and Israel: (1) overflies daily Lebanon against UNSC Resolution 1701; (2) is the only state in the world which has nuclear weapons (with the excuse that they have a very particular regional situation); hasn’t signed the NPT (Non-proliferation Treaty); and suffers no harassment by the IAEA in Vienna; (3) can kill their enemies in third countries’ soil without any UNSC condemnation (for example a Hamas leader in Dubai in January 2010 using over 10 European forged passports); (4) can bomb the biggest open-air prison in the world, Gaza strip, and cause 1400 civilian casualties in January 2009 against 13 Israeli militaries, and no UNSC condemnation; (5) can continue building settlements on Palestinian soil, without UNSC Resolutions stopping it (again Godfather USA vetoed the last attempt on 18 February 2011). Shall I continue? It’s enough. Until we acknowledge that the Palestinians were not Hitler; didn’t cause any harm to the Jews; but have only been suffering non stop for over sixty years; nothing will be redressed.

7. I have a Dream: the Rules of the Game needed in the World: Rule of Law inside the countries and full compliance with International Law among countries

And Israel only plays, in a regional and more modest way, with the same unilateral rules as his Godfather USA does. And so do the Saudis. And as long as the West (USA unilateralism and UNSC P5) has vested interests of geo-strategic nature and continues supporting adamantly the contrary-to-rule-of-law Saudi dictatorship and the non-compliant-with-international-law Israeli democracy: (1) the MEPP (Middle East Peace Process) won’t shift even by an inch; (2) the Zionist-Wahabi grasp on the Middle East dictators (obviously behind the scenes, as officially they kept on playing well their roles, as when they issued the 2002 Beirut Arab Peace Initiative) will continue to be a fact on the ground; (3) and as long as it all continues to be solely based on double-standards, it will continue to nurture the dynamics of hatred in the region.

And as Martin Luther King put it on 28th August 1968 when he expressed his dream for equality and non discrimination, I say, as a long serving diplomat, that my dream is to see one day United Nation becoming a truly democratic institution of world governance. Until that dream comes true, USA and P5 unilateralism will continue to be the decisive ruling force in the world. And only the day when the West acknowledges that, maybe not in the short run, but definitely in the long run, we will all be much better off in a world governed solely by a democratic United Nations and thus governed solely by international law; until the West realizes that, we will continue to feed the machinery of double standards, manipulation of information, state and non-state terrorism, hatred and resentments.

Let’s seize the historic opportunity that has arisen now through this third Arab revolution that has toppled some of the Zionist-wahabi regional proxys, Mubarak and Ben Ali, and: (0) let’s start preaching by example in the West and let’s start complying fully with international law; and lets start enhancing the two basic building blocks: (1) forcing the democratisation of Saudi Arabia; and (2) forcing the compliance of Israel with international law.

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La mujer árabe y el islamismo moderado

LA MUJER ARABE Y EL ISLAMISMO MODERADO
Por Mon González

Occidente mira hacia otro lado en relación con algo que tiene que ver con el Mediterráneo por tercera vez en 20 años.en 1991, no quisimos reconocer que el “Fronte Islamique de Salvation” (FIS) había ganado limpiamente unas elecciones democráticas en Argelia, dos años después de que Chadli Benyedid hubiera aprobado el multipartidismo en ese país. En 2006 Occidente sí reconoció que Hamas había ganado unas elecciones libres y democráticas en Palestina, pero se cortocircuitó ab initio el Gobierno que salió de aquellas elecciones. Ambas acciones han costado decenas de miles de muertos en el Mediterráneo en los últimos veinte años.

Ahora el Mediterráneo se encuentra, con lo que esta acaeciendo en Libia, ante su tercera encrucijada reciente –y digo reciente, pues históricamente ha habido centenares de ellas-. Pero esta vez es diferente, ¿Por qué? Porque ya no vivimos -¡felizmente!- en un mundo compartimentado, sino en un mundo interconectado, donde la información y por ende los análisis pueden fluir libremente. Y porque el actual ataque a Libia ha sido precedido por el derrocamiento de dos dictadores árabes, en cuyos países están avanzando a un ritmo imparable alentadores experimentos de democracia árabe, y que están probando que muchos de nuestros miedos eran injustificados.

El reto actual no tiene tanto que ver con Libia [ver el artículo anterior para eso], sino con la prevalencia de sistemas patriarcales feudales en los mundos árabes y musulmán [y el mero derrocamiento solo de Gadafi, va en esa dirección], es decir, que feminicidios y crímenes de honor sigan quedando impunes por códigos penales que los ignoran como delitos y simplemente no los penalizan; o vamos a ser suficientemente valientes; aprovechar esta oportunidad histórica; ir a la causa profunda de las injusticias contra las mujeres árabes y musulmanas; abordarlas en serio y con un auténtico sentido de la responsabilidad; y colaborar en el proceso de liberación de esas mujeres y, por ende, de sus hijas? Y los regímenes a los que verdaderamente hemos de hacer frente, ambos, no sólo uno, si queremos que el proceso de liberación de la mujer árabe y musulmana sea una realidad algún día son la monarquía sunita wahabita saudí y la república chiita ayatolahi iraní. Pero debemos hacer frente a ambos, pues haciendo frente solo a uno de ellos, indirectamente estamos haciendo el juego a la otra parte y entre ambas existen complejas rivalidades religiosas que datan más de mil años.

Vayamos primero al mundo sunita. Lo que subyace a muchas de las injusticias en el mundo árabe sunita y lo que está específicamente detrás de las injusticias contra las mujeres árabes en los países árabes sunitas es el wahabismo saudí. 

Wahabismo era una rama muy minoritaria del Islam sunita cuando Abd al-Aziz ibn Saud (cuya familia, y casi solamente su familia, practicaba este tipo de Islam) empezó a conquistar por la fuerza los alrededores de Riad y el propio Riad en 1902; conquistó por la fuerza en 1924 la ciudad santa del Islam, la Meca; echó de la Meca a los “Sharif al Mecca” (“sharif” significa “noble” en árabe), una institución que había dirigido el lugar más sagrado del Islam desde la época fatimida (967 d.C); y estableció wahabismo como la religión de estado en Arabia Saudí. Desde entonces, el wahabismo se ha convertido en la principal fuerza impulsora detrás de la totalidad del Islam sunita, de ahí que lo que pasa en Arabia Saudi no sólo afecta al mundo árabe, sino a la mayoría del mundo islámico, ya que la mayoría de los musulmanes en el mundo son sunitas.

Y si wahabismo hubiera sido simplemente una rama minoritaria del Islam sunita, pero una rama equilibrada en términos del mensaje verdadero del Profeta, que también implicaba igualdad de género, todo habría estado bien. Pero no fue así. El wahabismo era y es la ideología más machista de todo el espectro ideológico sunita. Y de ahí que el país donde se aplica de manera más concienzuda, Arabia Saudí, sea el país árabe en el que las mujeres gozan de menor número de libertades humanas. Y exactamente lo mismo puede ser dicho de Afganistán bajo los talibanes. La ideología machista del wahabismo está detrás también de los talibanes afganos, y por ende está detrás también de las injusticias, no sólo contra mujeres árabes en los países árabes sunitas, sino contra las mujeres musulmanas en los países musulmanes sunitas. No obstante, hablar solo de machismo no hará que ningún político en Occidente pestañee, con lo que sigamos con el análisis hasta que lleguemos a un punto que les duela, y que por ende pueda despertar algún tipo de reacción en apoyo de la verdadera causa árabe y musulmana, y por ende de la mujer  árabe y musulmana, la causa de la libertad y el estado de derecho.

En segundo lugar, el wahabismo es originario de un país, Arabia Saudí, cuyo régimen ostenta la ideología más feudal de todo el mundo árabe. Una ideología feudal que muchos otros monarcas o dictadores árabes imitan con gusto. Feudal en el sentido de que es elitista, dictatorial y anti-democrática. Este último rasgo subyace a una de las acusaciones baratas que se escuchan a menudo en Occidente: los árabes son incapaces de gobernarse a sí mismos en democracia. La gente que dice eso, primero, no conoce verdaderamente a los árabes y desconoce que sí han sido capaces de gobernarse a sí mismos cuando al panarabismo le ha sido permitido existir, por ejemplo en Egipto entre 1954 y 1970 con Jamal Abdel Nasser; y, segundo, muestran que se han tragado completamente el anzuelo dictatorial saudí. Bien por ellos, pero no por los millones de árabes que viven en paupérrimas condiciones económicas y se ven forzados a emigrar en busca de un modo de vida digno. En oposición a esta pobre mayoría árabe, hay una pequeña minoría de oligarcas saudíes (que se llaman a sí mismos reyes, príncipes, y así se envuelven en el halo intocable del elitismo monárquico, obligándonos a mirar hacia otro lado y a mantenerlos en el poder, no vaya a ser que a alguien se le ocurra seguir ciertos ejemplos y se empiecen a derrocar monarquías en Japón o en Europa). Estos oligarcas saudíes disfrutan de condiciones de vida  muy pudientes, y la excusa que tienen para mantener ese inmoral tren de vida [no son los únicos inmorales, por cierto, pues muchos banqueros occidentales hacen lo mismo] es que tienen cientos de miles de toneladas de reservas petrolíferas [cuyo desmesurado volumen sostenido hasta ahora a capa y espada por fin empieza a ser cuestionado por varios expertos], obligándonos de nuevo a mirar hacia otro lado, de modo que no se vean afectados nuestros intereses estratégicos.

En tercer lugar, la dictadura machista elitista anti-democrática y feudal del wahabismo saudí instiga [o ha permitido abiertamente a sus nacionales instigar en el pasado] un doble juego contra Occidente. Para que así permanezcamos eternamente atrapados. Osama bin Laden, en ese momento financiado por el régimen saudí, fue clave en el reclutamiento de yihadistas wahabis, también llamados salafistas, para luchar contra la Unión Soviética tras la invasión de Afganistán por esta en diciembre de 1979. Una vez que la tarea de expulsar a los soviéticos estuvo acabada, esas mismas fuerzas estuvieron detrás del Frente Islamista Libio contra Gadafi en Libia, los ataques contra intereses turísticos en Egipto, la fanatización y el desmembramiento de Somalia, y los ataques contra las Embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania en los años 90. Fue únicamente tras este último episodio que se empezó a convertir en algo preocupante para Occidente, pero lo que Occidente no había querido ver hasta entonces era que el extremismo irracional desatado del wahabismo ni conocía ni conoce límites. Y a partir de ahí tuvimos el 11-S en EEUU en 2001, el 11-M en Madrid en 2004, el 7-J en Londres en 2006, solo por citar algunos. Le pusimos una marca al asunto, como nos suele gustar hacer: Al Qaeda. Y sabíamos y sabemos de sobra que es el wahabismo lo que estaba y lo que está detrás de ello: cada día que pasa soldados occidentales mueren en Afganistán por esa causa. Y aunque aquí sí duele, somos incapaces de dejar de morder el anzuelo. ¿Por qué? Por que quienes controlan esta situación son los propios intereses creados economicistas de las maquinarias bélicas. ¿Cómo? Nos han estado haciendo creer que esos yihadistas wahabis están en cierto modo ligados al islamismo moderado, y que por ende estos islamistas también suponen una amenaza para nosotros, y todos los islamistas son malos y son una amenaza: el Islam es peligroso. Y a través de esto Occidente está atrapado en la ratonera de los que intenta atrapar.

La idea de que los islamistas moderados son peligrosos ha sido sembrada a propósito en las mentes occidentales por sus más acérrimos opositores: los wahabis. ¿Por qué? Cuando los wahabis echaron al islamismo moderado de la Meca en 1924, el islamismo moderado se vio obligado a buscar un puerto seguro alternativo, y empezaron a desarrollarse en lo que se conoce en árabe como “Um al-Dunia”, “la Madre del Mundo”, Egipto. En 1928 Hassan al Banna creó en Egipto  los Hermanos Musulmanes, una alternativa musulmana sunita al también sunita wahabismo, pero a diferencia de éste, los Hermanos Musulmanes nacieron con una vocación genuina de trabajar por el bienestar social de la gente, siguiendo el verdadero espíritu del Islam. Esos son los islamistas sunitas moderados, que han sido tan temidos por Occidente, y los saudíes estaban muy interesados en que nos creyéramos que eran nuestros enemigos. Y esta misma ideología islamista moderada estaba detrás del FIS en Argelia en 1991 y de Hamas en Palestina en 2006 [los dos casos con los que empecé este artículo, e incluso en esos casos la ideología puede seguir siendo moderada mientras respetemos para ellos las reglas del juego (elecciones) que ponemos tanto para ellos como para nosotros].

Una ideología moderada islamista equivalente es la que subyace al AKP que detenta el poder en Turquía desde 2002 y sin que por ello haya habido ningún terremoto político. Y digo equivalente, porque hay matices. Son equivalentes porque ambas son moderadas y no violentas. Pero son diferentes en la medida en que el AKP es más elitista, y en esto conecta mejor con el régimen saudí, mientras que los hermanos musulmanes conectarían mejor con la tradición califal pre-Ataturk, que en contra de los que el término “califa” podría sugerir, tenía un espíritu más genuino de preocupación por los más pobres, más comunista en ese sentido, en línea con uno de los cinco preceptos o pilares del Islam: la caridad, tanto en su forma más obligatoria (“zakat”, 10% de los ingresos) o voluntaria (“sadaqa”).

Y hasta ahora he hablado sobre los sunitas, analicemos ahora el chiismo. La amenaza del chiísmo para Occidente también ha sido una carta que los saudíes han sabido jugar muy bien para mantener a Occidente de su parte. De ahí que Occidente haya sido muy consciente de esta amenaza desde septiembre de 1979 en que triunfó en Irán la revolución ayatolahi. Ambas ramas del Islam, sunitas y chiitas, han creado su propia historiografía sobre la base de la exclusión del otro[1]. Y Occidente no debería entrar a saco en los que son sentimientos y tradiciones religiosas e históricas altamente complejas. Lo que Occidente sí puede hacer es medir a todos por el mismo rasero, especialmente ahora en este mundo globalizado donde la información fluye de una forma imparable. Y el régimen chiita ayatolahi iraní es igual de machista, elitista, dictatorial y anti-democrático que su contraparte sunita wahabi saudí.

El islamismo moderado tanto sunita como chiita [y como ejemplo de islamismo moderado chiita podíamos poner a los chiitas de Líbano que han formado parte del último Gobierno libanés] no supone un peligro ni para Europa, ni, siempre que se inserte dentro de un sistema democrático, para los países árabes o las mujeres árabes, o los países musulmanes o las mujeres musulmanas. El único país en el mundo para el que los islamistas moderados pueden suponer un riesgo es Israel y todo ello únicamente en la medida en que Israel siga mostrando nimia intención de firmar un acuerdo de paz digno con los palestinos. Y a través de esto puede representar una amenaza indirecta a los judíos estadounidenses, de ahí que aquí haya separado a propósito Occidente en dos: Europa y EEUU.

La ola de revoluciones árabes que ha seguido al derrocamiento de Ben Ali el 14 de enero de 2011 ha demostrado que es falsa la acusación de que los islamistas moderados son un peligro para el mundo. Los islamistas moderados están participando en los procesos democráticos resultantes y está funcionando. En Túnez, han ido incluso más allá: los islamistas moderados de an-Nahda han apoyado el pasado 12 de abril de 2011 listas paritarias de cremallera para las elecciones a la Asamblea Constituyente. Todos sabemos que Túnez siempre ha sido pionera en término de derechos de la mujer: desde que Habib Bourguiba publicara por primera vez el Estatuto Personal de la mujer en 1957, que fue ampliado posteriormente, Túnez ha estado a la cabeza de las libertades de la mujer en el mundo árabe. Con algo tan simple para el lector occidental como ser capaz de divorciarte sin perder por ello la custodia de sus hijos. Algo que resulta impensable en casi todos los otros países árabes, donde, en primer lugar, no pueden divorciarse, pero en los pocos que sí pueden hacerlo, no pueden volver a ver a sus hijos. Y poder ver a sus hijos es fundamental para una mujer, los ha llevado en su vientre, e incluso cuando es maltratada, nunca querrá dejar a su maltratador, por miedo a no volver a ver a sus hijos. ¿Por qué seguimos permitiendo esto? ¿O porqué seguimos mirando hacia otro lado cuando, instigados por wahabis o ayatolahis, se producen feminicidios por lapidación? ¿Por qué? ¿Hasta cuándo?

Midiendo con el mismo rasero a los dos regímenes más machistas del mundo musulmán arriba mentados (la República chiita ayatolahi iraní y la monarquía sunita wahabita saudí) y empujando a ambos y al resto de países de la región (y eso incluye las otras monarquías del Golfo, Yemen, Siria, Marruecos, Libia, Argelia, etc) a la democracia y el estado de derecho [o al menos no poniendo trabas, cuando sus poblaciones lo piden y luchan por ello, como se está haciendo ahora en Bahrein con apoyo saudí ¿y connivencia de allende?], se puede ayudar el destino último de las mujeres árabes y musulmanas. Nada puede ayudar más a las mujeres árabes y musulmanas que la democracia y el estado de derecho, pero no hay nada a lo que los dirigentes de esa región teman más que esas dos “maldiciones”.

Y si no me creen porque soy una occidental, hablen con ellas, hablen con las mujeres árabes y musulmanas de la zona, hablen con la saharaui Amanaitou Haidar; o las marroquíes Tifraz Idura o Fatema Merniss; o las tunecinas Sihem Bensedrine, Radia Nasraoui o Essia Hablasen; o las egipcias Nawal al-Sadawi o Zeinab Magdi; o la saudí Wajeha al-Huwaider; o la libanesa Joumana Haddad; o la iraní Shirin Ebadi. Googeléelas y lea lo que opinan. Y luego abran sus ojos y empiecen a apoyarlas. Ya es hora de que todos lo hagamos. Tenemos que dejar de lapidar a las mujeres y tenemos que empezar a usar esas piedras para construir un nuevo mundo, en el mundo árabe y en todo el mundo, done la democracia y la igualdad de género sean los principios rectores y donde la violencia de género sea perseguida judicialmente y castigada con severidad. Ese es el ejemplo honrado que debemos dar a generaciones futuras.

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[1] Interesting essay by Johan Winters of the origins of Shi’ism:  http://bahai-library.com/personal/jw/my.papers/origins.html