El lastre sionista askenazi
Por Mon González
Como continuación al artículo sobre el lastre wahabi saudí, viene este artículo sobre el segundo lastre que está actuando detrás de bastidores contra el progreso en Oriente Medio.
1. El nacimiento del Sionismo y la Declaración de Balfour
Los antecedentes históricos de este segundo lastre sionista fluyen de manera muy paralela al lastre wahabi. 1902 fue el año cuando Abd al-Aziz ibn Saud empezó la conquista de RIAD. 1902 fue el año en que Theodor Herzl, un escritor y político húngaro, que era judío askenazi, publicó una novela llamada “Altneuland” –un título en alemán que en español significaría “Viejanuevatierra”- y donde proyectaba como ficción lírica su ideario político sobre la construcción de un nuevo Estado para los judíos en Palestina, que ya había puesto negro sobre blanco en su libro “Judenstaat” (“El Estado Judío”) publicado en 1896 en Leipzig (Alemania), y que puede ser considerado el fundamento teórico del sionismo moderno. Sobre la base de esas ideas los primeros judíos askenazis tomaron las armas y empezaron sus primeras incursiones en tierra palestina, sus primeras “aliyahs”, a principios del siglo XX.
En 1917, cuando ya estaba claro que Alemania estaba perdiendo la Primera Guerra Mundial (1ª GM); que era Reino Unido (RU) quien estaba en el lado de los vencedores, y por ende que era RU el país que se debía presionar o cabildear; un judío sionista askenazi británico, el Baron Walter Rothschild, que los libros de Historia describen como “líder de la comunidad judía británica” en ese momento, escribió una carta al entonces Ministro de Asuntos Exteriores británico, Arthur James Balfour, solicitando el apoyo del Gobierno británico para su causa: la causa sionista de Herzl de crear un Estado judío en la Palestina árabe, en ese momento aún parte del Imperio Otomano. El entonces Ministro de Exteriores respondió en una carta fechada 2 de noviembre de 1917 y dirigida al Baron Rothschild (para su transmisión a la Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda), que: “El Gobierno de su Majestad favorece, en principio, el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío, y usará los medios a su disposición para facilitar la consecución de ese objetivo”. A esta carta se le ha puesto el mote de “Declaración Balfour”. A pesar de que la comunidad judía británica estaba compuesta en sus orígenes por judíos sefarditas españoles y portugueses que habían venido de la península ibérica, y que habían formado en 1760 el “Board of Deputies” (y “deputies” viene de la palabra española “diputados”, una organización que ha existido hasta nuestros días y que sigue siendo el principal representante del judaísmo en el RU), a través de los años los intereses creados de los judíos askenazis han conseguido controlar el judaísmo británico, cuando los intereses sionistas así lo exigían, y de ahí la carta de Rothschild. Los judíos askenazis también han desarrollado la misma estrategia de presión o cabildeo (lobby) y de manipulación en otros escenario, incluido en Oriente Medio a lo largo del siglo XX. Veamos cómo.
2. La Alianza Sionista-Wahabi en Oriente Medio para esconder la verdad sobre Asir
RU y Francia habían tenido un enemigo común contra el que luchar durante la 1ªGM: Alemania. Tras el final de la 1ª GM, los enfrentamientos entre RU y Francia en el escenario post-otománico se reanudaron. RU había colocado en 1918 a Faysal I como Rey de Damasco y Gaza (con la intención de ir cumpliendo paulatinamente, en parte de ese territorio, la promesa hecha al judaísmo sionista askenzi un año antes). Francia, por su parte, consideró inaceptable tener un Rey en Damasco bajo influencia británica, ya que colisionaba con la idea (y con el Acuerdo Sykes-Picot de 1916) de un parte septentrional de Oriente Medio francófona, por lo que Francia expulsó a Faisal I de Damasco en 1920. Al año siguiente, en 1921, RU puso a este mismo Faisal I como Rey de Irak, donde estuvo hasta 1933.
El hecho de que RU y Francia estuvieran embarcadas en sus disputas territoriales personales es lo que hizo posible que los sionistas askenzis buscaran en la región algún aliado alternativo para su causa. Y lo encontraron con facilidad. Abd-al-Aziz Ibn Saud había logrado en 1913 anexionarse Hasa, pero su buena fortuna se había acabado ahí. No obstante, con la ayuda renovada de la nueva Alianza entre wahabismo saudí y sionismo askenazi, ibn Saud logró conquistar Hail en 1921, la Meca en 1924, Yedah en 1924 y Asir en 1926. El hecho de tener un aliado estable en la región, aunque fuera en la sombra, demostró ser fundamental para ambas partes en los siguientes noventa años.
Más allá de esa alianza militar coyuntural, había algo mucho más fundamental que los unía. Ambos querían reescribir la historia de un modo muy similar. Los saudíes querían controlar la Meca e imponer su visión ultraortodoxa del Islam sunita al resto del mundo islámico [lo cual hicieron y mantienen hasta nuestras fechas], y para lograr eso no querían a nadie curioseando por esos lares; y eso cuadraba bien con el objetivo sionista ashkenzi de mantener el secreto sobre Asir escondido para siempre. Los intelectuales sionistas ashkenazies querían que el mundo creyera que la Torah o Pentateuco había tenido lugar en Palestina, y también la Nabih, y también la Ketubim (esas son las tres partes, TNK, que componen lo que en Occidente llamamos el Viejo Testamento). Alguien escribió sobre el secreto de Asir en los 80, forzando por ende a askenzies y wahabis a modificar su estrategia. Pero esto lo abordaremos más adelante.
3. La creación del Estado de Israel y las cinco subsiguientes guerras árabe-israelíes
A pesar de las aliyahs o migraciones de judíos hacia tierra árabe continuaron, no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial (2ª GM), cuando el sentimiento de culpa experimentado por la comunidad internacional ante las atrocidades del Holocausto (con más de seis millones de judíos y tres millones de gitanos asesinados, según las cifras oficiales facilitadas hasta la fecha) hizo posible, no crear un hogar para los gitanos (nunca tuvieron ni dinero, ni poder, con lo que pocas posibilidades de tener éxito), pero sí una tierra para los judíos. Y no en suelo alemán, que habría sido la reacción lógica, pues había sido Alemania la potencia que los había exterminado, pero en un territorio a cinco mil kilómetros de distancia, y un territorio del que los askenzis habían sido expulsados hacía casi dos mil años (los judíos sefarditas habían regresado a toda la región árabe en el siglo XV, después de que monarcas españoles, cegados por la ultraortodoxia católica de la Inquisición, los hubiera expulsado de Iberia).
De ahí que, tras la 2ª GM, el sentimiento mundial de arrepentimiento llevó a la creación del Estado de Israel en Palestina el 10 de mayo de 1948. Y para demostrar que el Curso de Acción (coa, como lo ponen los militares en inglés) de la operación había sido muy, pero que muy bien planeado con antelación, solo daré un dato irrefutable (los censos de población y las toponimias casi nunca mienten): a principios del siglo XX en Palestina había 10 palestinos por cada judío. A través de las subsiguientes aliyahs, la proporción se había elevado a 2 palestinos por cada judío incluso antes de que la comunidad internacional aceptara la creación de Israel.
La creación del Estado de Israel desencadenó la primera guerra árabe-israelí de 1948 y 1949, tras la cual Gaza quedó bajo control egipcio y Cisjordania bajo control jordano. No olvidemos que en ese momento, 1948 y 1949, Egipto estaba gobernado por otro monarca, Faruk I, que había sido puesto ahí por RU en 1936 (una potencia colonial, RU, que había ocupado Egipto desde 1882); y Jordania estaba gobernada por el Rey Abdallah, que había sido puesto en su trono por RU en 1922. De ahí que el garante del judaísmo sionista askenzi continuara siendo RU y su “Declaración Balfour”, a través de los monarcas bajo su influencia.
1948 era y sigue siendo para los palestinos la “Naqba”, la Gran Catástrofe, donde comenzó el éxodo masivo de palestinos. El Rey Abdallah de Jordania pagó un alto precio personal por ello, habiendo, en mi opinión, ayudado entre bastidores al plan premeditado de ayudar a RU a hacer realidad los sueños sionistas: Abdallah fue asesinado en 1949. Y su sucesor, el Rey Hussein tuvo que sofocar duramente a los palestinos, para no ser depuesto del poder.
El plan wahabi-sionista empezó a fallar cuando el primer Presidente árabe panarabista tomó el poder en Egipto: Gamal Abd al Nasser. En 1956, cuando Nasser se atrevió a retar a las potencias coloniales y nacionalizó el Canal de Suez, tuvo lugar la segunda guerra árabe-israelí. Algunos comentaristas políticos recuerdan estos días en RU los días de Suez, y comparan la cabezonería de Francia y RU en ese momento con lo que está pasando ahora en Libia. Tras la debacle de Suez, Israel se dio cuenta de que necesitaba un nuevo Padrino, y dirigió su mirada hacia EEUU.
Los años 50 y 60 fueron años de libertad en muchos países árabes, pero especialmente en Egipto y Siria. Fueron los años de la denominada segunda revolución árabe (tras la primera y bien breve revolución árabe de 1916), en que las mujeres empezaron por fin a ser libres, no tenían que usar el shador o hijab, y podían empezar a vivir vidas normales y decentes.
En 1966 el Rey Hussein de Jordania nombró como Primer Ministro a una persona que tenía vínculos muy cercanos con Arabia Saudí. Estimo que este nombramiento fue el principio del fin de la segunda revolución árabe. El wahabismo nunca quiso y nunca ha querido la liberación del mundo árabe y de la mujer árabe, ya que es un régimen dictatorial machista y elitista, que controla la Meca tras conquistarla por la fuerza; y que quiere mantener Asir escondido del mundo. De ahí que tras la alianza wahabi-sionista de los años 20, los wahabis y los sionistas formaron otra alianza a mediados de los años 60, para combatir las revoluciones árabes, obviamente desde la sombra. De ahí que, en mi opinión, Egipto y Siria se embarcaron en 1967 en la tercera guerra árabe-israelí, mal aconsejado por la manipulación saudí de Jordania. Israel [con su superioridad militar aplastante heredada del apoyo militar incondicional estadounidense] aplastó a sus rivales en sólo seis días (del 5 al 11 de junio de 1967) y ocupó todo el desierto del Sinaí, Gaza, Cisjordania, los Altos del Golán y Jerusalén Este. El sueño sionista ashkenazi de un gran “Estado Judío” tal cual lo había formulado Herzl a finales del siglo XIX, con todo Jerusalén única y exclusivamente bajo control judío, empezó a ser una perspectiva realista. Aunque fuera por la fuerza. Y a pesar de que la Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) 242 pedía a Israel que abandonara esos territorios ocupados por la fuerza (y decenas de Resoluciones del CSNU han vuelto a formular la misma petición desde entonces), los palestinos no tenían padrino, Israel sí, así que nadie nunca usó la fuerza contra Israel (a diferencia de lo que Occidente ha hecho desde entonces con muchos otros países) para forzarles a abandonar por la fuerza lo que tomaron por la fuerza.
Y tras esa guerra, la alianza wahabi-sionista logró, obviamente de nuevo tras bastidores, “restaurar la ley y el orden en el mundo árabe”. Estuvieron tras el cambio de signo en Egipto y en Siria. En Egipto pusieron un amigo en el poder, Anuar al Sadat, en 1970, quien como Mubarak desde 1981 hasta el 11 de febrero de 2011, interpretó bien el papel que le había tocado interpretar. En Siria, ayudaron a un militar de un grupo minoritario chiita, un alauita, a hacerse con el poder, también en 1970: Hafed al Asad. Israel ganó indefectiblemente la cuarta guerra árabe-israelí en 1973, y lo hizo rápido, con su singar superioridad militar.
Una vez que todos los vecinos árabes habían sido domesticados en la sombra a través de dictadores peones, Israel tuvo las manos libres para concentrarse en eliminar los restos de la revuelta palestina. En 1982, Israel invadió completamente Líbano, en lo que ha sido denominado la quinta guerra árabe-israelí, con el pretexto de eliminar a los palestinos peligrosos de los campos; e Israel cometió las masacres de Sabra y Shatila. De nuevo con total impunidad.
4. Asir vs Jerusalén
En 1982, el mismo año que Israel invadió Líbano, un profesor universitario libanés, Kamal Salibi, ahora octogenario, había publicado en Alemania un libro, cuyo título traducido al español sería “La Biblia viene de Arabia” [y desde entonces ha sido traducido al inglés y se puede adquirir fácilmente (aunque caro) en SOAS o por Internet], donde revelaba los resultados de estudios toponímicos (estudios de nombres de lugares) que había hecho en las ciudades y pueblos de la región de Asir (una región que se encuentra entre la cadena montañosa que atraviesa la zona central de Arabia Saudí y la franja costera del Mar Rojo). Los mapas que usó eran mapas de gran formato y muy detallados previos a 1975. Cuando leyó y analizó por primera vez los mapas de Asir, por pura chiripa (un arte, el de la chiripa, que incluso Einstein reconocía que había usado en sus descubrimientos), empezó a leer los nombres y a ver que coincidían casi al 99% con todos los nombres de lugar que se encontraban en el TNH o Antiguo Testamento. Y Salibi recoge en su libro un relato pormenorizado (usando toponimia y etimologías) de la historia de los antepasados de los judíos. Casi todos los nombre de lugar o toponimias recogidos en el Antiguo Testamento aún existían en Asir con nombres casi idénticos en 1982. Salibi incluso encontró un lugar llamado “Misr” en Asir, donde los antiguos judíos estaban cruzando un río, y que la manipulación sionista nos ha querido hacer creer que eran los judíos cruzando el Mar Rojo hacia Egipto, una versión sionista que jamás ha podido ser confirmada por los descubrimientos arqueológicos de las inscripciones o estelas faraónicas.
A partir de ahí la máquina de propaganda judía (que no es inferior a muchas otras en el mundo anterior y en el actual) empezó a funcionar a todo trapo, para contrarrestar y desacreditar el desvelamiento del secreto sionista-wahabi mejor guardado. En abril de 1987, Gerhard Konzelman publicó también en alemán su “Jerusalem, 4000 Jahre Kampf um eine heilige Stadt” (que traducido al español significa “Jerusalén, 4000 años de guerra por una ciudad santa”). Personalmente, he leído ambos libros, y me creo más las tesis de Salibi, es decir: que los judíos emigraron de Asir a Palestina en el siglo II a.C.; que se asentaron ahí; y que cuando los romanos llegaron ya estaba ahí. Pero la toponimia no miente, y Palestina era en el tiempo de los romanos un nombre de la tribu árabe que vivía en la zona, ningún rastro de judaísmo primitivo ahí. Pero para convencer al mundo de que el sueño manipulativo sionista de Herzl tenía que ser una realidad, como digo, no en Alemania, sino en Palestina, los sionistas no podían decir que solo habían estado ahí por trescientos años antes de ser expulsados por los romanos en el 70 d.C. Eso no habría sido suficientemente convincente. De ahí la necesidad de un cambio de estrategia sionista-wahabi en los 80 para continuar manteniendo Asir y su toponimia apartada del camino: empezar a hacer como si los israelíes quisieran la paz y negociaran con los palestinos.
5. Los dramas palestino y sefardí
A pesar de que el liderazgo palestino abjuró de sus principios; renunció a la lucha armada; y eligió la vía de la paz en noviembre de 1988, han pasado 22 años desde entonces y no hay señales de que un verdadero Estado palestino en el horizonte.
El derrocamiento de Hosni Mubarak, uno de los muchos peones wahabi-sionistas en la región, ha forzado a los palestinos en el poder (no los elegidos democráticamente en 2006, Hamas, sino los perdedores de esas elecciones, Fatal, mantenidos en el poder por los lobbys sionistas en Occidente) a apresurarse a Cairo para buscar un acuerdo con Hamas. Los saudíes habían pasado demasiados años haciéndonos creer que estaban dando forma a un acuerdo entre palestinos, pero igual que en “Alf Leila ua Leila” (“Las Mil y Una Noches”), el acuerdo nunca llegaba. Ahora, si el segundo peón wahabi-sionista, Asad, cae, otro brazo de los palestinos puede ser libre al fin e incorporarse a la dinámica. Y puede que también los palestinos libaneses puedan unirse. Aunque ellos lo tienen mucho más difícil: independientemente de la Resolución del CSNU 1701, Israel sigue sobrevolando a diario ilegalmente Líbano.
No obstante, los askenazis se muestran no sólo arrogantes y desdeñosos con los palestinos o los árabe israelíes, sino que manifiestan similar actitud hacia la otra mitad del puzzle judío en términos históricos: los judíos sefarditas. Los judíos sefarditas fueron acogidos por los países balcánicos y árabes desde el siglo XV, y aprendieron el arte de la convivencia. El rabino principal sefardí Shlomo Amar podría conseguir la paz entre israelíes y palestinos en una semana. Los judíos sefardíes llevan la convivencia en la sangre. La visión final de un acuerdo de paz es bien conocida para todos. Todos los que trabajan con ese expediente lo saben. Los parámetros de Taba de 2001 recogen todo, pero mientras no haya verdadera voluntad política, nada se moverá. La diplomacia de lanzadera continuará moviendo las maquinarias de la prensa (los periódicos tienen que vender todos los días), pero nada cambiará. Y podemos permanecer así por siempre jamás. Sólo si el lastre ashkenzi sionista omnipotente y omnipresente le dejara a los judíos sefardíes intentarlo! Pero no, los sionistas ashlenzis, los que han llevado la voz cantante desde la creación del Estado de Israel, sólo llevan arrogancia. Y eso se debe a las reglas del juego. Y mientras no cambiemos las reglas del juego, la paz nunca será una realidad en Oriente Medio.
6. Las Reglas del Juego en el Mundo Hoy: Dobles Raseros, Manipulación Informativa, Terrorismo de Estado
La paz en Oriente Medio entre Israel y Palestina no llegará hasta que no cambiemos las actuales reglas del juego. No llegará y no puede llegar mientras las reglas del juego estén dirigidas, como en una orquesta celestial, por los dobles raseros o dobles estándares.
Israel puede ser una democracia dentro de sus fronteras, y puede condenar a su octavo Presidente, Moshe Katsav, el 30 de diciembre de 2010 por siete cargos de violación, abuso sexual y obstrucción a la justicia. Si el príncipe saudí homosexual que mató a su amante sirviente negro en un ascensor de un lujoso hotel londinense hubiera estado en RIAD, lo habría matado con total impunidad, pero como el hecho acaeció en un país democrático, fue condenado en RU el 5 de octubre de 2010. Las verdaderas democracias luchan contra la impunidad dentro de sus fronteras, y eso hace Israel, el único país que hasta la fecha lo ha hecho en Oriente Medio.
El problema no es que Israel no sea democrático dentro, el problema es el sistema internacional en que Israel y el resto de nosotros nos hallamos. La democracia y el estado de derecho son absolutamente necesarios dentro de las fronteras de un país, y el respeto extremo por el derecho internacional es absolutamente necesario como única guía para las relaciones entre ciudades y entre organizaciones internacionales.
Mientras el sistema internacional continúe aplicando dobles raseros y la ley de la jungla como su moneda de cambio internacional, no hay esperanza en el futuro, ni en relación con el PPOM (Proceso de Paz en Oriente Medio), ni en relación con el resto de los otros muchos dramas internacionales pendientes.
¿Qué quiero decir exactamente con dobles raseros? Que los amigos son amigos (y por ende no están obligados a aplicar el derecho internacional), hasta que cambia la corriente de los intereses creados. Déjenme dar solo dos ejemplos regionales de lo que quiero decir con esto y que están conectados con nuestros lastres sionista-wahabis: (1) en febrero de 1979 el hijo de un peón[1] estadounidense ex-militar y auto-designado Sha fue derrocado en Irán y un Irán ayatolahi, la ultraortodoxia chiita, se convirtió en el mayor enemigo del la ultraortodoxia sunita wahabita saudí; tras esto, en julio de 1979, Occidente ayudó a Sadam Hussein a alcanzar el poder en Irak y a que empezar a luchar contra el oponente iraní; (2) en abril de 1978 Nur Mohamed Taraki alcanzó el poder en Afganistán y empezó por primera vez educación pública gratuita que incluía a las mujeres, reforma agraria, separación de Estado y Religión, establecimiento de un salario mínimo, prohibición del comercio de opio y legalización de los sindicatos; fue largado del poder con apoyo de EEUU y Pakistán; luego [aún andábamos en plena Guerra Fría] la Unión Soviética envió sus tropas tras el 27 de diciembre de 1979, EEUU empezó a apoyar a los grupos rebeldes, a través de wahabistas, como Osama bin Laden, que fueron canalizando combatientes yihadistas wahabis desde todo el mundo árabe hacia Afganistán. Veamos los mismos escenarios tras el cambio de corriente: (1) cuando Sadam Hussein invadió Kuwait en 1990 se convirtió en enemigo del wahabismo saudita [dado que los estados del Golfo son todos peones sauditas, como Arabia Saudi ha mostrado claramente al mundo con el envío de sus tropas a Bahrein para suprimir manifestaciones pacíficas en marzo y abril de 2011]; Kuwait fue liberado y no zona de exclusión aérea fue establecida sobre Irak; pero Sadam se aferró al poder hasta que EEUU, violando la legislación internacional, empezó una guerra unilateral sobre Irak; que permitió capturar y luego matar a Sadam Hussein; y muchos miles han muerto en Irak desde entonces; (2) Osama bin Laden fue el mejor activo de la CIA en Afganistán durante dos décadas hasta el cambio de corriente y los wahabistas se quitaron la careta (habían estado intentando estudiar a fondo a su peor enemigo, EEUU, durante 20 años y ganar su confianza) y empezaron a hacer saltar por los aires un objetivo detrás de otro: Embajadas estadounidenses en África en 1998, el 11-S en 2001, los atentados de Madrid en 2004, los atentados de Londres en 2006; los saudíes dejaron de apoyar oficialmente su rama wahabi demente y EEUU empezó una guerra en Afganistán en octubre de 2001, menos de un mes después del 11-S; una guerra cuyo punto culminante ha sido el 1 de mayo de 2011, cuando tropas especiales estadounidenses violando de nuevo la legislación internacional, entraron en Paquistaní, sin permiso del Gobierno paquistaní, atacaron un complejo en Abalabad, y en su habitual modo unitaleral, mataron a bin Laden. EEUU primero apoyó a Sadam Hussein, luego empezó una guerra para matarlo; y lo mismo con Osama bin Laden.
Con tal actitud unilateral por parte de EEUU, cada vez que las reglas de Naciones Unidas no se ajustan a sus deseos; y con un CSNU que aún hoy solo representa el equilibrio de poder que tenía el mundo al final de la 2ª GM (y de ahí que los vendedores de la 2ª GM –los cinco permanentes o P5- aún tengan poder de veto en el CSNU), el mundo no avanzará.
¿Por qué Occidente aplica la Resolución del CSNU 1973 contra Libia, y no se ha mostrado ni la mitad de resolutivo con la Resolución 242 contra Israel? ¿Por qué el lastre sionista se ha seguido comportando como si el derecho internacional no existiera para Israel, e Israel: (1) sobrevuela diariamente Líbano en contra de lo dispuesto en la Resolución del CSNU 1701; (2) es el único país en el mundo que tiene armamento nuclear (con la excusa de que tienen una situación regional muy particular); no ha firmado el TNP (Tratado de No Proliferación); y no sufre acoso ninguno por parte de la OIEA en Viena; (3) puede matar a sus enemigos en territorio de terceros países sin ser condenado por el CSNU (por ejemplo el líder de Hamas en Dubai en enero de 2010 usando más de diez pasaportes europeos falsificados); (4) puede bombardear la mayor prisión al aire libre del mundo, la franja de Gaza, y causar 1400 muertes civiles en enero de 2009 contra 13 militares israelíes muertos, y sin condena por parte del CSNU; (5) puede continuar construyendo asentamientos en territorio palestino, sin ninguna Resolución del CSNU que lo pare (de nuevo el Padrino EEUU vetó el último intento el 18 de febrero de 2011). ¿Continuo? Ya vale. Hasta que sean conscientes de que los palestinos no son Hitler; de que no le hicieron daño alguno a los judíos; sino que simplemente han estado sufriendo sin parar durante sesenta años; nada se encauzará.
7. Tengo un Sueño: las Reglas del Juego que necesita el Mundo: Estado de Derecho dentro de los países y cumplimiento estricto del derecho internacional entre países
E Israel simplemente aplica, a nivel regional y más modesto, las mismas relgas unilaterales que aplica su Padrino EEUU. Y lo mismo hacen los Saudíes. Y mientras Occidente (el unilateralismo de EEUU y el P5 del CSNU) tenga intereses creados de naturaleza geo-estratégica y continúe apoyando contra viento y marea la dictadura saudí contraria-al-estado-de-derecho y la democracia israelí que-conculca-la-legislación-internacional: (1) el PPOM (Proceso de Paz en Oriente Medio) no se moverá ni un centímetro; (2) la garra sionista-wahabi sobre los dictadores de Oriente Medio (obviamente tras bastidores, pues oficialmente siguieron muy bien el guión, como cuando emitieron en 2002 la Iniciativa Árabe de Paz en Beirut, la BAPI) seguirá siendo un hecho sobre el terreno; (3) y mientras todo siga haciéndose únicamente sobre la base de dobles raseros, seguirá alimentando las dinámicas de odio en la región.
E igual que Martin Luther King dijo aquel 28 de agosto de 1968 cuando expresó su sueño de igualdad y no discriminación, yo digo, como una diplomática con años de experiencia, que mi sueño es ver un día a Naciones Unidas convertidas en una institución de gobierno mundial verdaderamente democrática. Mientras ese sueño se hace realidad, EEUU y el unilateralismo del P5 seguirán siendo las fuerzas regentes decisivas en el mundo. Y solo el día en que Occidente tome conciencia de que todos estaríamos mucho mejor, puede que no a corto plazo, pero con absoluta seguridad sí a largo plazo, en un mundo gobernado exclusivamente por unas Naciones Unidas democráticas, y por ende gobernado solo por el derecho internacional; hasta que Occidente no tome conciencia de eso, seguiremos alimentando la maquinaria de los dobles estándares, la manipulación informativa, el terrorismo estatal y paraestatal, el odio y los resentimientos.
Cojamos esta oportunidad histórica que ha surgido ahora a través de esta tercera revolución árabe que ha derrocado algunos de los peones regionales del sionismo-wahabismo, Mubarak y Ben Ali, y: (0) empecemos a predicar con el ejemplo en Occidente y empecemos a cumplir escrupulosamente el derecho internacional; y empecemos poniendo los dos puntales fundamentales: (1) forzando la democratización de Arabia Saudí; y (2) forzando el respeto de la legislación internacional por parte de Israel.
Por favor visita mi página web: http://www.mongonzalez.es/
[1] Peón entendido en términos ajedrecísticos, es decir, peon de ajedrez. Y aquí me refiero a que el padre del Sha no fue monarca, por mucho que se le haya reverenciado a posteriori, sino que el padre del Sha derrocado en 1979 había sido un militar quien a su vez había derrocado al Sha en los años 30.